Tengo varios tesoros por recuerdos, unos que he procurado mimar en mi interior para no olvidarlos con el paso del tiempo. Todos ellos están relacionados con lanzamientos clave de videojuegos, algunos recientes como el Persona 3 Reload, el Silent Hill f o la propia Nintendo Switch 2. Se trata de días mágicos, en los que madrugar no cuesta esfuerzo a pesar del insomnio por culpa de la expectación.
Me ocurrió en varias ocasiones de pequeña y muchas de esas noches en duermevela se las tengo que atribuir a Pokémon. La última vez que sentí esas cosquillas en el estómago previas a un lanzamiento de esta saga fue con Sol y Luna, en el 2016.

La entrega de Let’s Go también me ilusionó. Pero supongo que al ser un spin off no me causó el mismo impacto y la noche de antes dormí como un bebé.
Llevo desde que Leyendas Pokémon Arceus aterrizó en tiendas con la misma idea rondando en mi cabeza: «quizás Pokémon ha dejado de ser una saga hecha para el tipo de jugadora que soy hoy día». Lanzamiento tras lanzamiento de Pokémon, esta frasecita me ha dado vueltas en el coco como si fuera una puñetera peonza. Y gracias a la nueva entrega que sale oficialmente (porque extraoficialmente ya se lo ha terminado medio mundo) el jueves 16 de octubre, esa peonza ha dejado de girar.
He logrado responderme a esa duda que me rondaba. Estoy convencida de que Pokémon sigue siendo una saga hecha para mí.

Mi problema con sus juegos de la familia de Nintendo Switch, a excepción de Let’s Go, viene porque, además de resultarme aburridos, me han generado cansancio visual. Y no hablo de sentir molestias en los ojos o en la cabeza de manera literal, sino a algo psicológico. Dios sabe que no le doy mucha importancia al apartado técnico de un videojuego siempre que la dirección artística sea decente o buena.
Sin embargo, desde que Pokémon se plantó en Switch, se notan las carencias a nivel técnico y visual, que afectan a dos de los apartados más importantes: historia y ambientación. El juego se sustenta gracias a que los bichitos son adorables y la mecánica de atraparlos y combatir es adictiva, pero, sin esto, no queda mucho más en donde agarrarse.

Y esto es precisamente lo que me causa ese cansancio visual del que hablo: me sobrepasa ver con mis propios ojos que un juego de una de las franquicias más exitosas y adineradas de todo el planeta pone tan poco interés en invertir en que sus juegos estén pulidos.

Explorar la región de Hisui en Leyendas Arceus y ver que todo está vacío, que mi personaje no es capaz de escalar rocas minúsculas, que las texturas bailen…
Hacer un salto bomba hasta aterrizar en Paldea y reventarme el trasero con bajadas constantes de frames, escenarios que desaparecen, personajes que te atraviesan en mitad de una batalla… Y más, muchísimo más que todo eso.

¿Cómo no iba a sentir ese cansancio?
Lo cual me lleva al aburrimiento que también he mencionado y sobre el que todavía no he dicho ni mu. Los juegos de Pokémon me aburren, y no porque no estén hechos para mí o porque mis gustos como jugadora hayan cambiado (que lo han hecho, pero no con Pokémon, precisamente), sino por todo el trasfondo psicológico que siento al jugarlos y el poco mimo o cariño que son capaces de darle.

A los personajes les falta vida; la forma en que cuentan sus preocupaciones es repetitiva y sin alma, la exploración es ruda y el propio entorno te impide jugar de lo mal que está programado. No me divierte, me frustra.
Estoy enamorada de Pokémon desde que mis padres me regalaron la Game Boy Advance SP con la entrega de Zafiro, y nunca he dejado de estarlo. Vuelvo una y otra vez a títulos anteriores y los disfruto como si viajara a aquellos días posteriores a su lanzamiento. La fórmula de Pokémon me encanta y, aunque ha sufrido cambios, estos también me han gustado porque además creo que son necesarios; hay que avanzar y adaptarse a lo que funciona para las nuevas y antiguas generaciones.

Pero el hecho de que el nuevo Leyendas Pokémon ZA nos llegue con esas carencias y una dirección artística digna de un Cleffairy pulsando botones en una consola de mandos, no es debido a que «la saga esté evolucionando en x dirección». Su evolución me parece muy correcta, pero vamos a reconocer que la inversión para que el juego llegue en las mejores condiciones es bajísima, para nada propia de una empresa de esa envergadura.
The Pokémon Company está en una posición cómoda, bien repantingada sobre su asiento. Para ellos, lo importante es generar el mayor beneficio posible invirtiendo la menor cantidad pasta. Como los fans hemos apoyado sus lanzamientos (y no poco), no solo se han mantenido en la misma postura, sino que se han reclinado aún más sobre su asiento y nos han traído juegos de menor calidad, aunque pareciera imposible ir a peor.
Solo debemos fijarnos en Espada y Escudo, las primeras entregas para Nintendo Switch que vieron la luz en 2019. El juego no estaba a la altura de ser el primer Pokémon de la saga principal para una consola de sobremesa, con rutas pasilleras, una historia que flojeaba bastante y más problemas. Sin embargo, hoy día, cuando recordamos estos títulos, no nos parece que tengan tantas carencias. Es como si se nos hubieran olvidado todos sus problemas.

Y en realidad esto se debe a que los siguientes títulos han sido de una calidad mucho más pobre que estos, y eso nos hace recordarlos con anhelo. ¿Cómo es posible que Escarlata y Púrpura sean peores técnica y artísticamente que Espada y Escudo cuando salieron tres años después?
Porque TPC parece ser una empresa centrada únicamente en el beneficio si hablamos de la línea principal de videojuegos.
Siento vergüenza ajena solo de recordar que hasta la propia Nintendo tuvo que pedir disculpas por el estado tan deplorable en que salieron Escarlata y Púrpura. Repito: The Pokémon Company es una de las empresas que más dinero mueve en el mundo entero. Este tipo de prácticas son imperdonables si nos vienen de una entidad que goza de tan buena salud.
La versión de Nintendo Switch 1 de Leyendas Pokémon ZA se filtró días antes de su salida y, desde entonces, no han parado de salir imágenes del juego. Todo lo que he visto pertenece al apartado visual y no he leído mucho acerca del gameplay por parte de los fans, eso es cierto, pero para mí es más que suficiente debido a mi experiencia con anteriores títulos en la saga. Estoy cansada del poco respeto que demuestran a la comunidad.
Para mí, que estos errores (y no errores) visuales existan es un insulto, porque no son ciegos; son conscientes de cada textura que colocan y cada cosa que modelan. Ellos han probado el juego y han dado el visto bueno para lanzarlo al mundo.


Y no, no voy a culpar en concreto a Game Freak, la desarrolladora que se ha encargado de llevarlo a cabo, porque me demostraron con aquel avance de Beast of Reincarnation que pueden hacer cosas decentes con el tiempo y el presupuesto adecuados. Así que, en este caso, miro directamente hacia arriba.
Me encantaría que Game Freak pudiera hablar sin miedo y con total sinceridad acerca de los desarrollos de Pokémon. Me da la sensación de que ellos también están hartos de toda esta situación; lo noto a través de sus juegos. Hay partes de los títulos que tienen cosas súper bonitas y donde se siente un cariño especial, y de repente, ¡toma! Guantazo en la cara en forma de carencias que se podrían haber evitado con más tiempo y el suficiente presupuesto.
Hay una última cosa que me gustaría comentar por el hecho de desahogarme un poco, aún a riesgo de tirar piedras sobre mi propio tejado ya que me encantaría en un futuro ser redactora para medios de videojuegos. Pero necesito sacarme esta espinita.
He leído bastantes análisis de Leyendas ZA de parte de varios medios de videojuegos. Casi todos coinciden en que el juego tiene carencias técnicas y visuales pero que, sin embargo, la historia, la jugabilidad y los temas tratados son buenos. La mayoría le han calzado un 85 sobre 100.
Todo esto lo veo genial, pero hay un detalle que me llama la atención y que se ha repetido en todos los análisis que he leído hasta el momento: todos son bastante laxos con el juego, como si no se atrevieran a hablar sin tapujos, como si Leyendas ZA fuera un animalito algo problemático que solo necesita alguien que lo comprenda y le de amor.

No quiero que se me malinterprete, ya que probablemente tengan razón en muchas cosas. Pero no puedo evitar que me dé algo de rabia leer una frase que llevamos años tragando:
«Pokémon va en la dirección adecuada».
Esa frase sí que parece una peonza en mi cabeza. Con cada título se dice lo mismo. ¿Cuántas buenas direcciones más tienen que seguir? A lo mejor no es cuestión de la dirección que siguen, sino de que necesitan una brújula con urgencia.
Como opinión personal, no creo que debamos ser tan permisivos con esta saga, ni tampoco suavizar las carencias que tiene. Lo entendería de títulos que nos llegan de desarrolladoras con problemas, empresas con muchísimos menos recursos, etc. Pero… ¿de TPC? No creo que sea correcto.

Te agradezco personalmente que hayas dedicado unos minutos de tu día para leerme. Necesitaba reflexionar acerca de este título y de la saga en sí. Ha sido como una especie de mini catarsis.
Aprovecho para pedir disculpas si algo te ha ofendido, porque para nada es mi intención. Si vas a comprar el juego, si disfrutas de la saga a pesar de sus carencias y si sus títulos te hacen feliz, te aseguro que me alegro muchísimo de ello y que estoy contenta de que sea así. Que nadie te diga lo que puedes o no puedes hacer con tu tiempo y dinero, que para algo son tuyos.
Esto que acabas de leer no son más que los sentimientos de una persona ajena a ti.
