Cuando me sumergí por primera vez en Dredge, nunca creí que se fuera a convertir en uno de mis GOTY personales del año. Estaba segura de que me gustaría, aunque no imaginaba la vorágine de sentimientos que me causaría, y todos positivos.
Nunca estuve muy interesada en las historias del famoso escritor H.P. Lovecraft y, gracias a Dredge, me sumergí de lleno en su obra. Porque este título bebe por completo de toda ella, influenciado por ese terror cósmico y la locura latente en sus personajes.

Poco sabía al meter el cartucho por primera vez en mi Nintendo Switch, solo que era un videojuego indie de aventuras en el mar con toques de horror. Pero lo que encontré fue una joya, que además pasa un poco desapercibida en la comunidad de jugadores. Como casi todos los títulos de desarrolladoras independientes, a decir verdad.
Dredge no es desconocido, ni mucho menos. Pero en mi opinión, merece más reconocimiento. Quizá sea por la simpleza de los gráficos o porque la pesca no suena demasiado interesante, pero hay personas a las que les cuesta dar una oportunidad a títulos como este.
¡Desde aquí os animo a probarlo! Es un diamante dentro del mundo de los videojuegos.
Aunque parezca simple, es como una cebolla repleta de capas. Al quitar una tras otra y adentrarte en el juego, te das cuenta de todas las mecánicas e historias que tiene para ofrecer.

Encarnas a un pescador que naufraga en un pequeño pueblo al perder su barco en un accidente. Sufres algún tipo de amnesia y no recuerdas por qué tuviste semejante infortunio. Al alcalde de ese pueblo te concederá un préstamo para obtener una nueva nave con la que podrás pescar en los mares de alrededor. Tu cometido es claro: vender lo que consigas afuera para saldar tu deuda.
Sin embargo, ¿pensabas que esos mares eran normales? ¿Que el oficio de pescador es tarea sencilla? Los lobos de mar se curten con las bravas olas, las tormentas y la quietud del océano en las noches sin luna. Pero nuestro pescador deberá hacer frente a otro tipo de cosas…
Los peces no son lo único que habita esos mares; algún tipo de «mal» incomprensible acecha en ellos. Cuando cae la noche, la imaginación se desborda y la locura abre el telón a las criaturas más obscenas e inimaginables. La podredumbre se apodera de la bodega de tu barco y la mente te grita que huyas al puerto más cercano. El alcalde ya te lo advirtió al comenzar:
«Procura descansar bien cuando el sol se oculte tras el horizonte».

En Dredge, aparte de pescar, te toparás con personajes igual de atormentados que tú y que necesitarán tu ayuda para solucionar algunos problemas, la gran mayoría relacionados con temas nada corrientes. Si disfrutas de historias de suspense, terror o fantasía, creo que te enamorarás de este juego.
¡Y que no te tire para atrás el hecho de que trate de pescar! La mecánica es muy adictiva y no tiene nada que ver con los minijuegos de pesca a los que estamos acostumbrados de otros títulos. Al ser el motor principal, la han convertido en algo bastante placentero.
Este juego ha recibido tantas críticas positivas por algo.
El caso es que, visto el éxito que tuvo el título para ser un indie, los chicos de Black Salt Games anunciaron tres DLC que expandían el mundo de Dredge:
- Blackstone Key
- The Pale Reach
- The Iron Rig

He jugado a todos recientemente y me gustaría hablarte acerca de los dos últimos. El primero solo añade un taller en el cual puedes hacer creaciones, aunque muy recomendado también.
Trataré ambos DLC de forma independiente para desengranarlos en condiciones.
¡Vamos a ello!
Lo primero que debo comentar es que me ha sorprendido lo bien implementados que están dentro del juego. Una vez los instalas, pasan a formar parte del título como si fuesen uno solo. No hay una distinción clara entre el juego base y los DLC, sino que, si compras la versión completa, es como si pertenecieran a toda la historia principal.
Como jugué primero el juego base de principio a fin, me impactó este aspecto. Estoy acostumbrada a que el contenido extra sea algo que se diferencia claramente del principal.

Por eso, te recomiendo encarecidamente que juegues la versión completa con los DLC incluidos. Al ser un juego de mundo abierto, puedes ir a donde quieras, siempre que tu barco te lo permita, ya que lo mejoras conforme consigues recursos. Es decir que, si quisieras, podrías ir primero a por las misiones del contenido extra, que además son alucinantes.
La única forma de distinguir que pertenecen a los DLC es gracias a las imágenes promocionales de estos. De hecho, apostaría a que hay personas que, en caso de haber comprado la versión completa sin fijarse, ni se han percatado en que son contenido adicional.

The Pale Reach nos añade un archipiélago repleto de icebergs y mares helados. No voy a ahondar demasiado en las misiones para no destriparte su historia. Solo te diré que el hielo puede lograr que perduren en el tiempo cosas que deberían haber desaparecido muchos inviernos atrás.
Ten cuidado si decides navegar por estos lares y trata de sortear bien el hielo disperso por ellos. ¡Ah, se me olvidaba! Lleva unos cuantos peces de sobra en la bodega. Nunca sabes a qué clase de bestias habrás de alimentar para sobrevivir.

La historia me mantuvo pegada a la consola y, por mucho que pasara el tiempo, no era capaz de soltarla. Fue mi favorita de todo el juego; sentía el peligro de forma más constante de lo habitual y los personajes y notas que encontré en el archipiélago me cautivaron.
No digo que vayas a tener las mismas sensaciones si juegas este DLC, tan solo expongo de forma subjetiva lo que yo misma sentí. Al final, depende de tus gustos. Si te apasionan las narrativas que hablan sobre la expectación hacia la muerte, criaturas inexplicables y supervivencia, te va a encantar.
Este DLC nos aporta algunas mecánicas nuevas, como la posibilidad de romper bloques de hielo con el barco, o artilugios de pesca que nos permiten conseguir peces en el hielo.

Sin embargo, lo importante aquí no es la pesca en sí, sino dragar ciertos tesoros que necesitaremos para avanzar en la historia. Me pareció curioso que se diera más importancia a esta mecánica que a la pesca en sí misma, aunque esta última también es importantísima (si deseas sobrevivir).
Los únicos puntos negativos que le encontré fueron dos:
Primero, la duración. Para ser un DLC que cuesta 5,99 euros de forma independiente en la Nintendo eshop, esperaba misiones más largas. Sin embargo, no fueron mucho más extensas que cualquiera de las historias del juego base. Lo estaba disfrutando tanto que me entristeció darme cuenta de que lo había acabado.
Lo que me lleva al segundo punto negativo y es que, cuando finalicé las misiones, ni siquiera me había dado cuenta de que había terminado de explorar el archipiélago y que no iba a ocurrir nada más. Por cómo te hablan de los hechos, esperas que pase algo brutal que te haga escapar con rapidez, pero… no ocurre nada de eso. Todo acaba y ya está.
Me ha faltado un final intenso. Aunque supongo que esta historia no estaba pensada para eso.


The Iron Rig es un DLC que cuesta 11,99 euros si lo compras de forma independiente en la Nintendo eshop, el doble que el anterior, pero es bastante más extenso que el primero.
(Me gustaría aclarar que, aunque el precio sea elevado si los compras por separado, existen bundles donde encuentras los dos juntos, o incluso con Blackstone Key, por un precio mucho más asequible. Pero en este análisis quería hablar también de ellos por separado).
El DLC de los parajes helados me encantó, pero este tiene más complejidad.
En el mapa, ahora se puede atisbar una inmensa plataforma de hierro en mitad del océano. Se encuentra en construcción y en ella trabajan codo con codo varios expertos para llevar a cabo ciertas «investigaciones». Al comienzo, tu cometido será ayudar a construir naves en la plataforma aportando materiales dragados. Cada una está dedicada a una cosa: fábrica, generador, centro de ensayos, forja, etc.

No pasará mucho tiempo hasta que ocurra el primer suceso extraño. La plataforma de hierro contiene una gran perforadora que resquebraja el fondo del mar, provocando que extrañas sustancias contaminen las aguas y los ecosistemas.
Conforme avanzas, la investigación se vuelve cada vez más tenebrosa. Exponerte a toda esa viscosidad y sustancias tampoco es positivo para ti, pero lo haces igualmente por tu afán de ayudar a los demás.
Algo que me gustó bastante de este DLC es que incluye una barbaridad de mejoras para tus artilugios de pesca. Cuestan un poco de conseguir, porque precisan materiales, pero merecen muchísimo la pena.

La pesca se hace incluso más divertida al incluir zonas contaminadas, ya que aparecen nuevos peces y, si no tienes cuidado, el «fango» puede invadir la bodega de tu barco. Aunque eso quizás te interesa… ¿O no?
Sin embargo, a pesar de ser un DLC con más contenido que el primero, mi sensación ha sido un poco similar al acabarlo. Personalmente creo que doce euros por un contenido extra que me ha ocupado unas tres horas es un precio bastante elevado.
Aun así, existe un bundle que te vende el juego base junto a todo su contenido extra, incluidos Blackstone Key, The Pale Reach y The Iron Rig juntos a 39,99 euros. Si los compras de esta forma, merece totalmente la pena. Y, en caso de que ya tuvieras el juego base, existe otro pack con solo los DLC por 12,99 euros, el cual también está bastante bien.
Pero aprovecha que ahora el juego y sus contenidos están de oferta en la eshop hasta el día 8 de octubre. Puedes comprarlos con un 25% de descuento, y el juego base a un 50%. Te sale genial de precio y es un título que vas a disfrutar como si fueses un niño el día de Navidad.
En resumen, te recomiendo encarecidamente jugar a Dredge y su contenido adicional a la vez. La experiencia se amplía y está muy bien implementada, tanto que no sientes que sea algo extra, sino parte de la historia principal. El contenido de estos es, en mi opinión, incluso más intenso y atractivo que las misiones principales del juego base. Además, las puedes realizar en el momento que tu desees, puesto que el título es una especie de mundo abierto y los DLC forman parte de él como si fueran un todo.
